Leopoldo
Alas Clarín, (1851-1901) es el escritor de La Regenta, su obra maestra y aquella que le ha dado toda su fama,
además de artículos literarios y satíricos, publicados mayoritariamente en
la revista Madrid Cómico, dada su
voluntad política e ideología progresista, y, por lo tanto, colaborador activo
de la prensa «democrática». Además, fue escritor de cuentos como el que nos toca analizar
titulado En el tren.
El
título de cuento es significativo del lugar en el que se lleva a cabo la
acción, y es que todo transcurre en el tren, que es el escenario de grandes
cuentos, porque tiene una función muy importante al permitir el encuentro
causal entre desconocidos, separados por clases sociales además en función de
los asientos, concretamente, un vagón de ferrocarril.
Al
principio, se lleva a cabo una presentación de uno de los personajes, el duque
de Pergamino, que representa las tradiciones, la casta, que es duque, conde y,
además, consejero de ferrocarriles, es decir, político. El duque se enfada
puesto que quiere un coche-cama para él solo, es decir, porque tiene unos
privilegios y, sin embargo, estos no se respetan porque tiene que compartirlo
con una mujer y un militar. El militar representa a todo el Ejército como
institución, y la mujer a las víctimas de guerra.
El
relato se mueve en dos direcciones: Por un lado, el enfrentamiento político
entre el duque y el militar, puesto que el duque está enfadado pero el militar
también defiende su derecho porque él también tiene billete, con ese
enfrentamiento entre ambos tan fundamental en donde el duque destaca por sus
grandes palabras vacías abogando por la defensa de la bandera, cuando en
realidad se va a ir de vacaciones, y el que va a la guerra realmente es el
teniente con el que discute. Y, por otro lado, la historia sentimental entre el
duque y la dama de luto, que al final nos confiesa que es la viuda del otro,
del capitán Fernández, y que no le sigue la corriente al duque y él se siente
un tanto despechado.
En
este cuento, Clarín, lo que nos está diciendo implícitamente es que en la
Guerra de Cuba había soldados que iban obligados, y que el resto del Ejército
estaba pagando la ineptitud de los cargos políticos, representado en la obra a
través de la figura de duque, siempre hipócrita que alaba la guerra porque
supone la defensa de los valores de España pero que pide que vayan el resto a
luchar, y no él. Es, por lo tanto, un cuento de la actualidad de momento que
vive Clarín y por eso decíamos que participaba activamente en la vida política,
porque siempre da su opinión sobre los conflictos del momento al ser un gran
pensador e intelectual y por lo tanto está haciendo una crítica política al
reparto de puestos políticos por interés y no por méritos y por extensión, la
política de la restauración.
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