miércoles, 30 de marzo de 2016

Comentario de la entrevista a Eugenio D’Ors.

El catalán Eugenio d'Ors Rovira, nacido en Barcelona en 1881, fue un importante escritor, en concreto ensayista, además de periodista, crítico de arte español y filósofo. Se le conoce también por haber sido el impulsor de un movimiento estético conocido como Novecentismo asociado a la cultura, y en particular a la literatura, tal es el caso de las vanguardias de comienzos del siglo XX.
Su compleja trayectoria y su filosofía le convierte en reivindicador de la cultura catalana, la cual moderniza, pero esta defensa férrea de sus raíces naturales le acarrea numerosos problemas políticos, y con ello, termina por renegar del catalán yéndose a Madrid y volviéndose de derechas.

Su entrevista se encuentra en la revista Esfera, muy importante para el género puesto que el denominado “caballero audaz” revoluciona la manera de llevar a cabo estas entrevistas, convirtiendo estas declaraciones en un género narrativo, biográfico y haciendo siempre un retrato de la persona que es entrevistada.
Como podemos ver en esta entrevista a D’Ors, el personaje está visto en su contexto puesto que el periodista va a su casa (se nos dice “El mismo nos pasó a su despacho”) para contribuir a ese objetivo que es hacer el retrato.
Además, en ella podemos ver que Eugenio D’Ors se dirige directamente al lector utilizando formas como “verás…” dándole cercanía por lo tanto. Otra característica importante es la utilización de palabras coloquiales que hoy no tendrían lugar en una entrevista, tal es el caso del término “loco” cuando se refiere D’Ors a sus estudios sobre Psicología en su trayectoria intelectual.
También destaca este intelectual por el gusto por hablar con aforismos, entiendo aforismo por aquella frase que fuera de su contexto obtiene un valor general, y viéndose en la entrevista en la siguiente afirmación: “y a los mandatos de un mismo son a los que se debe ser más fieles”.
De tal manera podemos llegar a la conclusión de que, Eugenio D’Ors, por su condición de filósofo en sus declaraciones, oscurece siempre el mensaje que quiere hacer llegar al lector, dada su compleja manera de expresarse fruto de su formación, y que podemos ver por ejemplo en el momento en que este confiesa que quisiera ser a la vez nuevecentista e idealista, aun sabiendo que el hombre está sometido a la turbación pero no siendo realmente capaz de presentar una solución por la propia complejidad de problema.



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