sábado, 16 de abril de 2016

Comentario a la Entrevista a Borges.

Jorge Francisco Isidoro Luis Borges Acevedo, fue un escritor argentino, y uno de los autores y eruditos más destacados de la literatura del siglo XX. Y así se nos presenta ya al principio al sentirse Soler Serrano, el entrevistador, muy honrado y alabado por la presencia de este.

Borges ya se presenta al principio como un personaje humilde dado que el entrevistador le dice: “Se le ha considerado a usted todo mente, yo creo que es una exageración” y Borges, responde: “yo creo que sí”. Con esta afirmación, ya marca el escritor una fórmula que utilizará mucho a lo largo de toda la entrevista.
Y esto se dice dado que el entrevistador incide en la idea de que a Borges se la ha considerado una persona fría, a lo que responde el escritor argentino que todo artista tiene el deber de transmutar todos esos sentimientos en símbolos, colores, formas, sonidos, palabras y por extensión, poesías, en el caso del poeta.
Borges destaca por sus declaraciones dado que nos dice que incluso en sueños se comenten errores, es decir, sus confesiones no son nunca banales, sino que el poeta está dispuesto siempre a decirnos que es lo que realmente piensa, o le genera incertidumbre, con respecto a la existencia humana.
Es un personaje misterioso, y el mismo lo sabe, porque dice que él es el mismo que el Borges que publicó su primer libro, pero que puede ocurrir que esta consideración se encuentre solo en sí mismo porque reconoce que ese Borges posterior puede estar solo entre líneas en esa primera obra.
Borges nos confiesa, que el proceso creativo, el poeta tiene que escoger correctamente las palabras que quiere poner en sus poemas si quiere que lo que se transmite llegue realmente al lector porque hay términos y elecciones lingüísticas que no se consideran lícitas y que oscurecen el mensaje, caso de “azulino” o “azuloso” que no deben ponerse porque el término correcto sería simplemente “azulado”.
El escritor nos cuenta que es descendiente de guerreros y de conquistadores. Nos cuenta como su abuelo era militar y se montó en un caballo blanco con un poncho blanco para suicidarse porque no quería vivir más después de la guerra.
En Borges, aunque reconoce su escepticismo con respecto a su patria y nos dice que probablemente esté equivocado, todas esas ideas políticas que tuvo no aparecen, aunque luego en sus entrevistas diga su opinión porque no sabía hasta qué punto iban a llegar esos militares argentinos.
Nos dice que desde pequeño supo que iba a ser escritor, que ese era su destino porque le encantaba leer y fue "autodidacta" en lo que supone escoger las lecturas. Leyó el Quijote ya de pequeño, y para él fue una novela extraña. Dice que pasó la vida leyendo. En cuanto al gusto en particular, dice que le gustaba más Quevedo "pero creo que estoy equivocado" y ahora me gusta más Cervantes; siendo también esta fórmula sobre sus posibles equivocaciones muy usada también a lo largo de su entrevista.
De pequeño reconoce que leía muchos libros, pero sin juicio crítico, sin saber si el Quijote era mejor o peor que el resto de libros que leía, pero que todos esos libros fomentaron la creación de su riqueza interior y de su propio mundo. Y con ello, antes de los 10 años ya había empezado a escribir.
Parte de su infancia también fue el tener que estar en casa encerrado durante mucho tiempo porque sus padres no le dejaban salir dado que tenían miedo de que contrajese alguna enfermedad (de las extendidas en la época) y por ello, al no ir a la escuela, tenía una institutriz de la que, sin embargo, no se acuerda. Pero sí que recuerda la muerte de su abuela en Ginebra y como dijo esta "déjeme morir tranquila" y luego una mala palabra, que no había escuchado decirle nunca y por ello considera que su abuela era una mujer valiente; palabra que el propio Borges no es capaz de decir y que intuimos por lo tanto que se trata de una palabra mal sonante.
Borges está obsesionado con la muerte, la vida, lo infinito, el tiempo. Las muertes de sus padres (un tanto largas y dolorosas) le han marcado en esas reflexiones que luego plasma en sus poemas.
El argentino nos dice que le gusta mucho Suiza, su refugio en plena II.G.M,, y que allí, se produce su encuentro con la lengua alemana que aprendió a través de un diccionario. También confiesa que le gusta la cultura alemana pero que, sin embargo, la francesa no le despierta tanto entusiasmo, aunque tiene que reconocer que la lengua francesa ha generado una literatura muy extensa y muy rica.
En cuanto a otro tipo de ideas, Borges, por ese rasgo que tanto le caracteriza de decir siempre lo que piensa, dice que la democracia es un abuso de la estadística y que no cree en ella.
En tiempos de peronismo Borges fue perseguido, pero dice que la política no es su ocupación, y que no entiende, por ejemplo, por qué sus declaraciones sobre Chile y su dictadura sorprenden. Ello nos hace pensar que Borges era muy culto, pero luego un poco insensato desde el punto de vista cotidiano, aunque luego finalmente se enfrente a los dictadores.
Volviendo a la literatura, que dice que es "su terreno seguro", confiesa el poeta no tiene horas de oficina, que la inspiración viene y el poeta no se puede negar ante este hecho porque, por ejemplo, a él un poema que se le ocurrió en sueños. Y aun así, dice que hay muchas cosas que escribió, y que por lo tanto hizo sintiéndose inspirado, y que sin embargo ahora no le gustan tanto como antes.

Como conclusión, podemos decir que Borges, como creador universal y como artista tenía una opinión formada acerca de todas las cosas, pero que pasó a la historia universal de los pensadores gracias a su obra, puesto que, a pesar de morir ciego, nos dió ojos con los que ver.

No hay comentarios:

Publicar un comentario