Emilia
Pardo Bazán es considerada como la mejor novelista española de la literatura de
siglo XIX, destaca, por lo tanto, por sus novelas, y también por sus cuentos
como el que nos compete analizar: Las
desnudadas. Es necesario decir
primero que Pardo Bazán destaca por la reivindicación de la mujer, puesto que
llevo a cabo una defensa muy explícita de las mujeres, y sus capacidades para
desempeñar cualquier trabajo, al igual que los hombres, en perfecta igualdad.
Las desnudadas forma parte de una
colección de cuentos denominada Cuentos Dramáticos y versa sobre lo siguiente:
Comienza
diciéndonos que, en una tarde gris, hay una serie de personas reunidas que
charlan sobre la influencia que existe sobre los hombres de una serie de leyes
divinas, pero, sin embargo, uno de los personajes, Lucio Gris, está dispuesto a
contar una trágica historia ambientada en la Revolución de 1868 y la lucha entre guerrilleros y contraguerilleros, que pone de
manifiesto la libertad de hombre para escoger el buen camino, o, por el
contrario, el malo.
Por
lo tanto, nos encontramos con una metahistoria
dado que una vez que se nos presenta esto se comienza a narrar indirectamente
la historia. El contraguerrillero
de esta historia se nos dice que tiene prohibido abusar de mujeres por orden
del general, y, por lo tanto, no sólo el contraguerrillero sino toda la partida,
seguía tal orden por miedo a su superior.
Sin
embargo, ocurre que en el pueblo de Urdazpi, un párroco forma parte de una
partidilla carlista que, con sus hazañosas emboscadas, trae de cabeza al
contraguerrillero de la historia, Manco.
Harto de esta situación, el contraguerrillero quiere venganza, y se entera de
que, este párroco tiene cinco sobrinas y se hace con ellas secuestrándolas. Sin
embargo, sabe que no puede faltar a la palabra del general, de tal manera que
decidió desnudar a las cinco muchachas y hacerlas pasearse por el pueblo, entre
mofas y golpes.
Tras
producirse esto, por la crueldad de la sociedad del momento, creían estas jóvenes
haber perdido toda la honra y dignidad que tenían, y con ello, todas las ganas de
vivir. Tal era la vergüenza que sentían que preferían haber sido fusiladas y
con ello, permanecieron un año metidas en casa sin salir.
Se
corta la narración y los que habían estado escuchando la historia atentamente,
reclaman a Lucio una explicación, pues no entienden a dónde quiere ir a parar,
puesto que las cinco muchachas llevan el mismo estilo de vida. Continua la narración
Lucio y, nos cuenta que, la menor de las cinco muchachas, aquella a la que
Manco había escupido en los hombros, fallece, y que, al poco tiempo, la mayor
se va Vitoria para meterse en una Orden de religiosas. Otras dos nos dice que se
escapan y que se incorporan a la partida, y que una incluso luchó con gran valentía
y murió en la batalla, mientras que de la otra dicen que sigue llena de pena.
En cuanto a la quinta, volvió con su tío y ahora es respetada por todos.
Y
de todo ello, lo más importante es una frase que condensa toda la narración, y
que nos dice Pardo Bazán en boca de Lucio sobre la sobrina que no pudo soportar
la pena: “Esa no supo comprender que por mucho que desnuden el cuerpo, el pudor
y decoro sólo se pierden cuando se desnuda el alma”, diciéndonos esta gran
escritora que la mujer no ha de doblegarse ante nada, y que tiene que
experimentar la misma teórica fortaleza de los hombres, y que por eso, el
ejemplo a seguir es esta quinta sobrina que volvió al pueblo y se dedicó a sus
tareas sin importarle lo que el resto pensase, y que de hecho, nadie decía nada
malo de ella, y no como aquella que sentía todavía vergüenza porque no entendía
que a pesar de haber sido humillada, lo verdadero se encontraba dentro de sí
misma y en sus ganas de seguir luchando por su vida.
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